En Baby Hills, entendemos que el aprendizaje comienza con los sentidos. A través de la vista, el tacto, el oído, el olfato y el gusto, los niños y niñas experimentan el mundo que los rodea y desarrollan habilidades fundamentales para su crecimiento. La participación activa y consciente de los sentidos transforma las experiencias en aprendizaje significativo. Por ejemplo, la sensibilidad auditiva implica escuchar con atención, mientras que la sensibilidad visual requiere captar detalles y diferencias.

Nuestras actividades están diseñadas para que los niños exploren y manipulen diversos objetos, texturas, temperaturas y sabores, estimulando el desarrollo sensorial y enriqueciendo su aprendizaje. Un ejemplo es la sala de lactantes, donde se trabaja la identificación de colores, promoviendo la percepción visual y la curiosidad en los más pequeños.

Estas experiencias vivenciales ayudan a perfeccionar sus sentidos y a crear una base sólida para el aprendizaje integral. En Baby Hills, cada actividad es una oportunidad para explorar, descubrir y aprender.